Que divertido sería poder estar detrás de una cámara, poder representar diferentes papeles, como si pos u n tiempo se tratase otra vida, tenerse que empapar de un personaje y darle vida, además de poder aprender cosas que tal vez no sabíamos en la absoluto, pero el trabajo requerirá de conocer esos nuevos temas para contar con todas las habilidades necesarias. También saber que podremos estar viajando, conocimiento muchas partes del mundo, conocer muchas culturas y costumbres y claro también poder socializar en todos los aspectos. Sin duda todo es suena maravilloso, al parecer todo eso tiene que sufrir alguien que se dedica al mundo de la pantalla grande. Pero, ¿Qué pasa con los dobles?, esos personajes que no aparecen en los periódicos, que no salen en las revistas de moda, ni muchos menos en la de amor.
Ellos no van a tomar el papel donde cortejan a una bella mujer, la seducen con su melosa y tierna voz, hasta que ella caiga rendida en sus brazos, y éste pueda besarla de una manera tan pasional que hasta logrará excitar a más de uno. Ellos, los dobles, todo lo contrario, deberán cambiar esos besos por saltos a otros edificios, saltar grandes edificios, tirarse a la profundidad del mar, cosas extremas; deben de hacer el juego sucio del actor, tener una mente fría y calculadora para escenas que no todo el mundo lo pudiera hacer, ¿No sería interesante entregar un Oscar al mejor doble en una película?, ¿A caso el papel de ellos, si es muy secundario?, aunque tengan una vida dentro del mundo de las cámaras y las posibles comodidades.
¿Qué tan real o absurdo puede ser?, que algún momento se pudiera ofertar esa entregar de una estatuilla a ellos, o bueno, al menos que también se les permita besar a las bellas mujeres en una escena.